HISTORIA DE ANIMALITOS: ESPERANDO LA LLUVIA

EL CIELO NO DICE  PRESENTE

Mientras que se esperaba el día de la Fiesta, también se esperaba la lluvia, más que nada las señales del cielo, sin embargo éste no mostraba ningún acontecimiento que dijera  que se estaba  preparando, se le sentía como si se hubiera olvidado de qué época era y de lo que tenía que hacer, no se veían el tipo de nubes esperadas ni el viento que presagiara que ya estaban cerca, que todo él anunciaba que muy pronto comenzaría a derramar la tan codiciada agua.

-Mmmmmmm-decía Don Víctor, mientras miraba hacia arriba y movía la cabeza como diciendo que no, viejo conocedor de los tiempos, al que todos consultaban cuando veían que algo no andaba bien, el calor no se detiene, sigue y sigue- «bayal kak», mucho calor- no era un buen presagio parece, pues la cara muestra preocupación.

Esto inquietaba mucho, pues si se seguía dilatando quién sabe si iba a haber tiempo para plantar en su debido momento y si eso no sucedía, no se daría una buena cosecha y eso traería un año de mucha desgracia, pues iba a faltar la comida o había que buscar formas para palear el hambre.

Así se andaba mirando a los Cielos, haciendo rezos todas las noches para purificar el alma, ya que los problemas entre los cristianos eran los que ayudaban a que el tiempo no colaborara y allá arriba se enojaran y bueno desataran una tormenta sobre los que habitaban estas tierras y mientras rezaban no peleaban, pues esa preocupación era igual para todos, se trataba de la comida de todo el año, no era un juego.

Todo estaba seco, reseco, se caminaba y se iba sintiendo el sonido bien agudo de las ramas que crujían bajo los pies, con cierto estrépito, la tierra se abría de la falta de agua, hacía unas grietas enormes que había que tener cuidado cuando se caminaba. Todo iba tomando tonos amarillos.

Los mayores apaciguaban a los jóvenes diciéndoles que esperaran, que no desesperaran, que aún había tiempo, sin embargo no todos hacían caso, la ansiedad les ganaba y querían hacer la quema para plantar.

Sobre todo aquellos que era su primera siembra, ya que habían formado casa y ahora ya eran responsables de dar de comer a otros, pues antes unían su trabajo al del padre y era él quien dirigía.

También se decía que si llovía antes del cuatro de mayo, no había problema, hasta unos días después, pero si no se daba la primera en esas fechas podía suceder cualquier cosa.

Que el tiempo se pudiera volver loco, más con eso que ya no era como antes, ahora llovía cuando no tenía que llover y no lo hacía cuando lo tenía que hacer, indudablemente el mundo estaba cambiando y con él las señales a las que estaban acostumbrados.

Ahora sí, que tenía el Cielo que mandar agua para plantar eso nadie lo podía discutir, pues solo de esa forma se garantizaba que la semilla recibiera la suficiente humedad para brotar con fortaleza y que se mantuviera firme, sobre todo en la época que llegaba el viento.

El maíz que tenían aguantaba hasta la próxima cosecha, bueno hasta un tiempo antes, pues ya a medida que llegaba la fecha lo guardado iba mermando y con ello había momento que solo tortillas con sal se comía, pues el frijolito se acababa mucho antes.

 

montaña_4

 

Sobre todo en el mes de julio y parte de agosto, hasta que el elotito tierno comenzara a surgir y permitiera hacer los primeros tamalitos, que era todo un festejo, pues después de haber venido del hambre, en donde muchas veces el estómago silbaba para hacerse notar que existía, eran un manjar.

Más allá que si uno se pasaba con ellos, se la cobraban y a veces las tripas crujían pero esta vez no de estar vacía sino todo lo contrario, eso que dicen que los extremos se tocan, es una gran verdad.

También se daba otra cosa en esta época la Naturaleza regalaba comidas exquisitas, tanto el río, como la montaña.

El río les daba el camarón, el caracol, los pequeños pececitos, los cangrejos, la montaña todos los animales que se podían cazar, además de una serie de semillas que servían para los parásitos, abrasivos para los dientes y eran muy ricas de comer. Les alcanzaba lo obtenido para mantener los nutrientes del cuerpo, más allá que no siempre lograban saciar el hambre.

Era como si la Naturaleza los mandara a desintoxicarse, dándole lo mínimo de comida, pues todos esos bichitos eran tan chiquitos que a veces alcanzaba solo para un taquito, que les sabía a gloria, por eso los niños solían ir a pescar, era además un entretenimiento de la época.

Por otra parte el ir de pesca o recolección era todo un jolgorio, pues era labor de las mujeres y los niños en general, así que se juntaban a veces en grupos y salían todos juntos, con gran alegría.  Los niños mayores solían hacerlo con otros.

El caracol se recolectaba, al igual que el cangrejo, sin embargo los pececitos y el camarón se pescaban con una botella a la que se le había cortado el pico y se le hacía agujeritos y se le ataba una cuerda arriba, ella se metía en el agua y se sacaba como si fuera un calderín, o usando un mosh, que eran los canastos que ellos hacían con juncos que recolectaban, más allá que cada día quedaban menos que sabían cómo trenzarlo pues se veía como una labor de los ancianos y no había mucho joven que quisieran aprenderlo.

Con la llegada de la «civilización», como decía uno de ellos, «nos están volviendo inútiles, todo tenemos que comprar, antes todo se hacía, hasta el algodón se plantaba para hacer la ropa, eso no está bien, mi pueblo se está durmiendo y cuando despierte ya no va a existir».

 

montaña_5

 

Había muchos desencuentros, la gente mayor se daba cuenta hacía donde iba la situación, pues sabían que durante un ratito el gobierno, se fijaría en ellos para  volverlos a olvidar, si ni para votar servían, por eso tenían que estar despiertos y no perder sus costumbres, sobre todo el ser autónomos en lo que a subsistencia se tratara, pues quien tiene tierra y sabe hacer para vivir, ella le da todo, la tierra es la Madre protectora, justamente ahí estaba el problema pues la tierra era lo que andaban buscando y el agua pues a ellos les sobraba.

Habían logrado avances, sin embargo en muchas formas era un retroceso, pues ahora tenían necesidades que antes no existían.

También mandaba el Proveedor  una serie de insectos y gusanos que no todos comían por lo menos en esa comunidad en donde yo vivía pues había otras en que eran un plato esperado durante todo el año.

Había lugares donde llegaban extranjeros de esos gourmet de comidas exóticas y se allegaban para poder saborear los platillos.

Claro, comunidades mucho más cercanas a los centros poblados, no como ésta que estaba en el confín del mundo, no tanto por la distancia que la separaba de la ciudad más cercana sino por las dificultades de los caminos y por la falta de transporte.

También el hambre era algo que estaba incluido en su cultura, una vez en que el frijolito se había acabado y lo único que quedaba para comer era la tortilla, un grupo de mujeres me invitó a ir a cosechar frijol, del que le llamaban rastrero, pues sus guías se extendían por el suelo, no como el otro que crece enredado en un palo que se le pone.

A este al que íbamos a ir a recolectar ya se estaba abriendo en el suelo, pues hacía un tiempo que estaba listo para recogerse.

 

montaña_2

 

Me sorprendió mucho esa invitación y el saber que si no se iba el frijol se perdía,

-Entonces, ¿por qué llevaban días sin comer?-pregunté, un poco sin entender, si realmente había frijol plantado y me contestaron:

-De por sí

-Entonces, ¿por qué no haber ido antes?

-Hay que aprender a pasar hambre para no olvidarse lo que es y saber que existe . Hoy tienes, mañana no tienes, si lo viviste sabes qué hacer, así decía mi padre.

Algo extraño de oír, sin embargo tenía sus razones, era como un entrenamiento.

Solucionar el tema de la comida le correspondía a la mujer así que ella tenía que ver cómo le hacía para que algún plato apareciera en la mesa, así fuera solo tortilla con sal y una taza de café. Más allá que siempre se podía recolectar algunas hierbas que crecían como pasto para hacer algún caldo, sin embargo eso no satisfacía mucho.

Más allá que el café, ya al final no era café, sino maíz tostado al que se le echaba un puñado del grano aromático, simplemente para que soltara fragancia e inundara el ambiente y la imaginación se hiciera cargo de la fantasía de lo que se estaba bebiendo.

 

montaña

 

Era como un ayuno prolongado, por otro lado purificaba todo los sistemas internos y era como poner al cuerpo a 0 km, como darle mantenimiento.

Eso sí cuando comenzó a circular el efectivo, muchas cosas se dejaron de hacer, cambiaron la alimentación, la cual era sana, orgánica, natural, equilibrada, por los enlatados como el atún, la soya transgénica, las galletas, la pasta y una especie de papilla que le daban a los bebés, cargadas de azúcar, además todo estaba adicionado con vitaminas, minerales, ácido fólico y quien sabe que otras cosas. Por otro lado como había dinero los niños tenían acceso a toda la comida chatarra que cada día llegaba más, acorde a los precios que ellos podían pagar, a los refrescos y de ser la gran mayoría flacos, comenzaron a engordar, como si se estuvieran inflando.

Increíbles ver a las niñas, cómo se iban volviendo obesas, cómo dejaban de ser elásticas y flexibles y volverse estáticas, más si a eso se le sumaba que la escuela era casi todo el día, lo que llevaba a que ya ninguno podía hacer lo que antes hacía como tarea para la supervivencia familiar, que en general les significaba caminar y moverse.

Ahora casi todo el día estaban sentados en la escuela, llegaban a la casa hacían la tarea sentados y ya los niños no querían caminar, les alcanzaba con hacerlo para ir a la escuela además tenían que cargar una mochila con muchos libros, más allá que eso no les servía de mucho, pues eran en español y ellos hablaban maya y los que habían en esa versión era una lengua parecida pero no la misma.

Eso sí, que cargaran leña para ayudar a la economía familiar e ir aprendiendo como poder sobrevivir, era abuso y explotación infantil, cargar la mochila los hacía «inteligentes».

La escuela fue una de las causas por las cuales la carretera se volvió de moda para ir a construir la casa, poco a poco la mayor parte se empezaron a bajar de la montaña, la cual se fue despoblando y cada día los vecinos quedaban más distanciados, eso sí era una gran paz, pues abajo según contaban se había vuelto un pequeño infiernillo ya que había mucho más pleitos por quedar todos muy pegados y en época de calor un horno pues no corría ni un poco de brisa y todo era polvo.

Un día una mamá me presumía de lo gorda que estaba su bebé y de cuanto había crecido con la comida que le mandaban para darle, la ponía cerca del hijo que la seguía el cual estaba chiquito y flaquito, pues no se había alimentado con eso que le mandaban, no podían darse cuenta que la obesidad los estaba ganando.

 

bebe

 

De lo que si se dieron cuenta al tiempo fue del mal que habían hecho, pues los niños ya no querían comer lo que siempre se comía, pedían la comida de las despensas y la única forma que tenían de conseguirla era comprándola y eso les significaba otro conflicto, bien severo.

Además cada día las despensas llegaban más atrasadas y para nada traían lo que traían las primeras, se iban menguando, por otro lado no le llegaban a todos, sino más que nada a los primeros que se habían pasado.

También por otro lado habían empezado a salir a trabajar fuera a otros Estados y el dinero les rendía más, muchos habían vencido la barrera del idioma, o se sentían seguros de salir con «joy»,  compañero de otro que ya tenía más experiencia.

Los tiempos estaban cambiando, era indudable, quien sabe que era lo que deparaba el destino para todo ese movimiento que allí existía, había que esperar, eso sí, muchos de los ancianos que ya no creían en el gobierno, ni les seducía lo que les daba, veían como su pueblo se iba desvaneciendo y que difícil sería salir de la pobreza aunque les prometieran el oro y el moro, lo único que buscaban eran a sus tierras y el agua que allí había, dos tesoros preciosos que sin embargo los jóvenes no valoraban.

Se seguía mirando al cielo, sin ninguna señal que vaticinara que la lluvia estaba cerca, por el contrario, el firmamento rojo encendido, daba cuenta cada tarde que las precipitaciones no estaban programadas, era como si se estuvieran alejando.

Era como si el Cielo se estuviera incendiando, no era un buen vaticinio, había  que tener mucho cuidado a la hora de las quemas para que no se prendiera fuego el bosque, pues ese rojo no tenía buen aspecto.

 

montaña_6

 

Más allá se había acordado que no se harían las quemas hasta pasada la Fiesta, por lo tantos todos los ansiosos debían tener paciencia y esperar un poco más para hacerlo.

Los más ancianos aconsejaban que de cualquier forma se esperara la bendición de los cielos antes de hacer nada, pues sino solo se iba a malgastar la semilla y correr riesgos, la Madre Tierra estaba demasiado sedienta como para pedirle además que si algo de humedad guardaba la utilizara por la imprudencia de los cristianos.

Continuará…..

MÉXICO

 

 

HISTORIA DE ANIMALITOS: LO INESPERADO (1)

HISTORIA DE ANIMALITOS: LO INESPERADO (2)

HISTORIA DE ANIMALITOS: PREPARANDO LA FIESTA DE LA SANTA CRUZ

HISTORIA DE ANIMALITOS: EN BUSCA DE ACUERDO

HISTORIA DE ANIMALITOS: EL ACUERDO

HISTORIA DE ANIMALITOS: PREPARANDO LA FIESTA DE LA SANTA CRUZ

TE INVITO A QUE VISITES EL BLOG


puedes encontrar otras entradas que te interesen.



Link Pagina Principal 1

GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!

FIRMA baja res


 

16 comentarios en “HISTORIA DE ANIMALITOS: ESPERANDO LA LLUVIA

  1. Es una lástima que la transformación sea de pasar hambre a la obesidad. Supongo que suponía más esfuerzo y menos beneficio económico enseñarles a comer bien y mejorar sus recursos propios.
    También me apena esa tierra muerta de sed.
    De todas formas, el bebé es precioso.
    Abrazo, Themis

    Me gusta

    1. Es que para esos parajes vírgenes aún de mucha de la contaminación de la ciudad se les está exportando un estilo de vida terrible, el consumo y que desconozcan lo de ellos.
      También ellos colaboraron para que el clima cambiara, con la deforestación, sin preocuparse en plantar.
      El bebé si era hermoso.
      Un abrazo Eva

      Me gusta

  2. Esta entrada me recuerda un artículo sobre un pueblo de Brasil, que leí hace un tiempo. Era una comunidad autosuficiente, hasta que llegó una transnacional. Hoy la obesidad y diabetes están en todas las familias.

    Le gusta a 1 persona

    1. Sí, Carlos la educación es una forma de manipulación muy bien llevada adelante y de engatusar a muchos que creen que en cierta forma les va a servir para algo.
      Creo que las nuevas generaciones ya lo están descubriendo, cada vez más rápidamente. Un abrazo

      Le gusta a 1 persona

      1. En efecto, lo cual no invalida el enriquecimiento personal y social que aporta la formación académica en sí misma. Que pena cuando se utiliza ánimo de hacer proselitismo. Un abrazo.

        Me gusta

Replica a themis t. Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.