ZAPOTITLÁN SALINAS

ZAPOTITLÁN SALINAS: UNA PUERTA AL DESIERTO (2)

 

DANDO LA  VUELTA POR EL PUEBLO

 

Había llegado al desierto hacía un rato nada más, traía tanta hambre que había ido a comer.

Salí del restaurant y crucé la carretera.  Una calle con banderines de colores, realizados de plástico picado, llamó mi atención, me es un gusto grande recorrer ese tipo de escenarios, pues las visten de esa manera cuando se va a celebrar algún acontecimiento importante, la fiesta del Santo, una procesión, una boda, un bautizo, las fiestas patrias es como si el aire guardara el Espíritu de la celebración.

Comencé a seguirla, eran tramos cortos los adornados y me llevaron derecho a la plaza donde no puede faltar el Palacio Municipal, la Iglesia y el parque con su kiosco.

 

ZAPOTITLÁN SALINAS

 

Había llamado mi atención cuando me llevaron en un mini recorrido en auto para mostrarme los lugares más importantes del pueblo, una heladería que ofrecía nieves con los «Sabores del Desierto», se me antojaron y las andaba buscando pues como postre podría ser una delicia, más si guardaba alguna relación con esa agua deliciosa de frutos del lugar que había bebido con la comida.

Me detuve un momento en el pequeño parquecito, los árboles llenaban la atmósfera de una deliciosa frescura, ya que el sol caía sin mucho miramiento y ahí la vi, en una esquina, entré y pregunté por las nieves del desierto y tres niños que eran los que estaban en ese momento atendiendo el negocio me la sirvieron. Me dijeron los nombres sin embargo no los recuerdo no todos son fáciles de que queden grabados en la memoria, mire los colores la mayor parte tenían un color granate, elegí dos los más fuertes, los más cargados de antioxidantes.

 

ZAPOTITLÁN SALINAS

 

Salí y me encontré frente al atrio de la Iglesia, unos árboles viejos que desplegaban una hermosa sombra me hicieron acercarme, me di cuenta que estaba adornada de pequeños farolitos toda la entrada. Una suave brisa y el frío del helado reconfortaron mi cuerpo que ya se sentía un poco agobiado por el calor y el sol que caía sin tregua.

Me senté a observar la Iglesia que estaba cerrada, su fachada se veía hermosa me habían dicho que tenía 450 años, que había sido una de las primeras de la región, construido los muros de piedra sobre piedra, con yeso de una mezcla que se realizó con sal marina natural, ya que cercano al pueblo hay muchas salinas, que vienen de la época en que todo ese espacio era mar.

Hasta el día de hoy siguen sacando sal de ellas, que la venden por casi todas partes, grandes canastos la muestran, sus cristales resplandecen con la luz que les llega.

 

ZAPOTITLÁN SALINAS

 

En eso estaba comiendo mi helado, mirando la fachada de la Iglesia que se me hizo de un gusto primoroso, simple, sencillo, dentro de su barroco, perdida estaba observando los detalles, cuando siento una voz que me pregunta si me interesa entrar, le contestó que sí.

 

zapotitlÁn salinas iglesia

 

Era una restauradora que se estaba encargando de la reparación del lugar del Santo Patrono del pueblo: San Martín Obispo, a los momentos nada más llega el encargado y abre la puerta.

Una preciosidad por dentro, con la cúpula pintada que no me cansaba de mirarla, ahí me hizo un recorrido por ella, agradecí el gesto, la oportunidad, luego me despedí y seguí mi camino.

 

ZAPOTITLÁN SALINAS

 

Recorriendo pequeñas callecitas la mayor parte vacías, donde algunos perros muy amigables estaban por ellas, iba mirando y sorprendiéndome de cómo en los colores tan apagados resplandecían los fuertes tonos de las flores que adornaban la mayor parte de ellas, eran los detalles que generaban un brillo especial y que daban vida al lugar.

 

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Lo mismo sucede con los cactus, sus flores de colores intensos llaman a los insectos a la polinización y son un espectáculo de contraste.

Las paredes que aún se conservan de lo que fue el pueblo hace tiempo cuando la tierra y la piedra, los adobes eran la forma de construcción utilizada por ellos, al igual que el esqueleto de las enormes columnas que les permitían hacer una estructura de palos de madera. Ahora se ha cambiado por los bloques que cambian los sepias que daban la idea de la fusión con la Naturaleza a un gris, como muestran las construcciones más modernas, donde la vida se encementa.

 

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Las grandes montañas muy cercanas dejaban ver los diferentes cactus y sobre todo los candelabros, esas presencias ancestrales que por momentos parecen seres de otro planeta, de otro mundo, salidos de la historia de los tiempos, custodiando al pueblo y a sus habitantes.

Así poco a poco, pasito a pasito, adaptándome a ese paisaje, a ese sol radiante, a ese entorno tan diferente al que vivo, en donde  parece que se estuviera más cerca del Cielo, donde las nubes caminan frente a uno o se depositan abajo, donde el verde es parte del paisaje, aquí es tan inmensa la bóveda celeste, tan abierta, tan mostrando un infinito que parecería que no se puede alcanzar, con ese color azul tan característico del desierto que deja a la mirada con una suavidad de terciopelo, que contrasta con la aridez que por todo su alrededor nos muestra, más allá que este año el desierto había sido bendecido por las lluvias y el verde aún habitaba en él.

 

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Así llegué al hospedaje para guarecerme del calor, esperar que bajara lentamente el sol y prepararme para en algún punto del lugar ir a despedirme hasta el nuevo día si los «dioses» prestaban vida.

 

CACTUS COLUMNARES: ENTIDADES DEL DESIERTO (1)

 

Zapotitlán Salinas

Estado de Puebla

México

2019

 

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8 comentarios en “ZAPOTITLÁN SALINAS: UNA PUERTA AL DESIERTO (2)

    1. El respeto existe en esta parte de México, en donde las comunidades decidieron hacerse cargo del cuidado. En otras partes lo están acabando para explotarlo con emprendimientos, que lo único que han hecho es desvastarlo, parte del hacer humano en pro del progreso, si bien todos esos cactus se han adaptado durante miles de años quien sabe si sobrevivirán al hombre. Un abrazo

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      1. Desde que se plantea el uso agrario de la tierra, bajo el termino de explotación, el beneficio prima sobre el cuidado, como si tuviéramos otro planeta reservado en el armario. La cuestión será si el hombre sobrevivirá al cactus. Un abrazo.

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      2. El uso agrario, la explotación minera, la construcción de viviendas residenciales, que luego quedan abandonadas, inentendible de los motivos para los cuales fueron realizadas, cientos de ellas, y así acaban con todos los ecosistemas, quien sabe si tendrá suerte de sobrevivir en la forma en que lo hacen ahora. Un abrazo

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