Las Culturas Vivas Comunitarias
son las expresiones de los diferentes grupos o comunidades que encuentran entre vecinos una forma de manifestarse en común y que se transforma en el punto de unión para socializar de una manera más creativa e integrativa, que los lleva a todos a un mismo enfoque y donde se busca desarrollar conciencia para crecer de una forma benéfica para el entorno, ya sea social, cultural y medioambiental.
Son las diferentes manifestaciones artísticas y culturales que surgen en las comunidades tanto urbanas como rurales, a partir de sus tradiciones, sus festividades, carnavales, representaciones, su gastronomía, todas aquellas propuestas que fomentan las actividades expresivas y forjan pertenencia a los diferentes territorios en donde se desarrollan.
Es un movimiento de origen Latinoamericano que ha ido congregando a varios países, el primero de estos eventos de Cultura Viva Comunitaria, tuvo lugar en la ciudad de La Paz, Bolivia y reunió a 17 países que en la actualidad concentran a más de 120.000 iniciativas a lo largo del continente y cada día se suman más.
Entre ellos se ha creado una red de conexión, donde cada una tiene la autonomía de su territorio sin embargo no se encuentra sola, está unida a otras propuestas a lo largo de América, que como raíces se esparcen, tratando de llegar a tener una misma vibración, crean las neuronas creativas, solidarias, interactivas entre las diferentes comunidades donde el respeto hacia todos los participantes, la inclusión y el trabajo en conjunto son las bases para el crecimiento.
Ya había llegado el día, donde participaría del “Primer Encuentro Nacional de Cultura Viva Comunitaria” que se desarrollaría en Montevideo y en la ciudad de Las Piedras, Canelones. En la primera se lanzaría la apertura del mismo y en la segunda sería donde los diferentes colectivos y proyectos, se juntarían para desarrollar talleres, pláticas, cambiarían experiencias y se conocerían para lograr integrarse en una labor en conjunto, enriquecerse, apoyarse y extenderse.
Participarían del Encuentro centros culturales, bibliotecas populares, radios, emprendimientos barriales, grupos de teatro, danza, muralismo, circo social, murga, candombe, arte callejero, entre otras, los cuales promueven la acción solidaria y la participación entre vecinos.
Fui rumbo a la Escuela Esquinera, en Montevideo, un mini-bus nos pasaría a recoger para llevarnos a una plaza en el barrio de Colón donde se juntarían los integrantes, encargados de mostrar parte de las diferentes actividades que se impulsan dentro de los programas.
Entre tamboriles, cámaras, maquillaje, cruzamos parte de Montevideo y llegamos a la plaza.
Apenas bajamos se escuchó el dos por cuatro a lo lejos, con los compases del tango “El choclo”, cruzamos la calle y nos fuimos acercando, ya desde lejos se veían a varias parejas, que bailaban, esa parte de la cultura uruguaya que se va afirmando a lo largo del tiempo: el tango.
Difícil que falte una Milonga en este tipo de eventos uruguayos, más aún siendo el año en que se festejaba los “100 AÑOS DE LA CUMPARSITA”, el himno de los tangos, la esencia misma del ritmo.
De igual manera sucede con el termo y el mate, casi imposible llegar a algún lugar donde un grupo de individuos estén reunidos y no haya uno de ellos dando la vuelta. El mate es un compañero para aquel que lo toma solo y congrega cuando se expande a un grupo.
El ambiente era festivo, el maquillaje artístico tuvo de inmediato su efecto y muchos niños, jóvenes comenzaron a acercarse para que sus caras fueran pintadas, al igual que los adultos.
Un grupo de Capoeira esperaba para ser maquillado y mientras posaba para que diferentes personas les tomaran fotos, contentos, felices de participar en el evento.
Hermoso ver tanta gente joven, niños, adultos, reunidos en un espacio, todos con el mismo objetivo, sin importar edad, ni sexo, ni raza, donde la labor en conjunto que se iba a realizar era lo que ayudaba a la integración de todos en una misma tarea.
En estas situaciones es donde se visualiza que vivir esa Cultura Viva, es como romper con el egoísmo, es la sensación de pertenecer a una diversidad sin perder la individualidad, donde se descubre que lo que se puede hacer con otros es difícil que se pueda hacer solo, es aprender a respetar todas las condiciones del ser humano cuando estas fomentan la igualdad, la participación.
Cuando el abajo se mueve y empieza a mostrar de lo que es capaz a través del desarrollo de su propia cultura, esa que emerge de sus fuentes, de las reminiscencia que se van dando a medida de que se es capaz de reconocer sus raíces, al preguntarse:
¿De dónde salí?
De esa manera comienza a diferenciar ese lenguaje que hace que su corazón vibre, cuando lo oye, cuando lo ve, cuando ejecuta sonidos, danzas, pinceladas, puntadas, aromas, sabores, son los elementos que lo llevan a hacerse uno con sus ancestros, encontrarse con su ADN proyectado en el momento en que vive, enriquecido por todo el camino andado a lo largo de las generaciones que lo precedieron y ahora es él quien se tiene que hacer cargo de engrandecerlo.
Es la herencia histórica, sus vivencias actualizadas que se transforman en acciones poéticas, sabores, ritos, donde el arte siempre está presente como forma de liberar las necesidades expresivas de los actores, son eventos los cuales tienen un gran impacto en el espacio en donde se desenvuelven.
Unos bailan, otros se maquillan, otros entonan unos versos de una murga mientras el redoblante y los platillos se hacen sentir. El ambiente es de fiesta, de festejo, es el estar todos unidos por ese Espíritu de gozo, de alegría, de sentir que hay una Vida que sigue otro derrotero y que es por ahí por donde hay que seguir, para ir restableciendo un mundo de humanos, donde el trabajo en conjunto, la entrega a él sin esperar nada a cambio, transforma la Vida, le da otra solvencia, la eleva a otra esfera donde vivir es más simple y uno se siente unido a sus semejantes y va descubriendo que la alegría del alma es fructífera para llevar adelante la armonía en la vida y en ella de vez en vez se pasea la felicidad, fugaz pero intensa, como suele ser.
Los tamboriles en el suelo descansan, se preparan para al rato, cuando les tocará ser el centro en las calles que se recorrerán, los curiosos se les acercan y con unos golpecitos tímidos intentan sacarle el sonido, son una buena atracción para los niños, haciéndoles tener contacto se les introduce dentro del evento para que desde pequeños vayan integrándose y crezcan dentro del movimiento, el cual trae consigo la esperanza, del que el ser humano no está perdido, sólo distanciado de sí mismo y a su vez uno de otros, sin embargo está en la búsqueda de senderos por donde poder abrirse a un acercamiento a su Ser Interno y a otra forma de convivencia que lo saque de su aislamiento y soledad, poder transformar el camino trazado por otros, y que como manada se le sigue, sin tener conciencia de que hay otra forma de vivir, donde uno todavía puede llegar a ser él mismo.
América está presente en esa búsqueda, tratando de rescatarse a sí misma, a sus orígenes, a su desarrollo y salirse de una cultura importada que no ha ayudado a que crezca sino a hacerla consumidora de sus productos para que se olvide de quién es.
Ahora es el tiempo de redescubrirse, de establecer cimientos para volver a crecer, a determinarse a si misma, eso lo hacen sus habitantes cuando son capaces de establecer el rumbo que les quieren dar a su vida, no del punto de vista material, el cual sigue todas las necesidades consumistas que se le han planteado y se le hace creer que si consigue esas cosas: SERÁ.
Nada más lejos de esa perspectiva donde, cada día la insatisfacción será mayor, pues su frustración aumenta cuando no logra armonizar su ser interno con la demanda del mundo externo y se da cuenta que a medida que consigue “status” se pierde a sí mismo y a su libertad.
Poco a poco se va terminando el tiempo de estancia en la plaza, ya se han juntado los vecinos que van a ir caminando durante varias cuadras en un desfile donde los tamboriles resuenan, al igual que los redoblantes y el grupo de capoeira va dando una demostración de otro tipo de arte.
Paso a paso, con el cántico de la murga, la alegría que despliegan los que van marchando, sumándose otros vecinos a cada paso, para llegar juntos al Teatro donde estarán las autoridades que darán apertura y dejarán inaugurado el Encuentro, para luego en esa noche estrellada, disfrutar de “Agarrate Catalina”, la murga que está esperando para lanzar a los aires su cántico.
Continuará…..
Montevideo
Uruguay
2017
“LAS CATRINAS EN MONTEVIDEO” Primera entrega
“DE VIAJE POR LA ESCUELA ESQUINERA” Segunda entrega
“UN SEÑOR MUY VIEJO CON UNAS ALAS ENORMES” Tercera entrega
“EL TALLER DE VESTUARIO” Cuarta entrega
“DETRÁS DE CÁMARA” Quinta entrega
“CUANDO JUGAR ES PRIORIDAD” Sexta entrega
“CUANDO LOS TAMBORILES HABLAN” Séptima entrega
“MILONGUENADO EN LA ESQUINERA” Octava entrega
“ENCUENTRO DE CULTURA VIVA COMUNITARIA” Novena entrega
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!
Me gusta. Ojalá se extienda a más sitios. Bonitas tambien las fotos. Un cordial saludo
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Gracias Locus, sería muy saludable que así fuera. Un abrazo grande
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Reblogueó esto en Espacio de Arpon Files.
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Gracias Arpon, feliz día
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Me encanta la emoción que le pusiste al relato. Y las fotos como no. Un abrazo.
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¡Qué bueno! que te haya gustado, es un hermoso movimiento. Un abrazo
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Acá no sé si será por causa del frío o del carácter castellano pero no tenemos nada `parecido fuera de las bandas que acompañan las procesiones de semana santa. Y no es lo mismo, ni en el fondo, ni en la forma. Un abrazo.
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Aquí es algo que comienza a estructurarse ya lleva unos años y cada día más personas se acercan a las diferentes iniciativas. La mayor parte son de autogestión, donde hacen eventos para poder subsistir, las diferentes intendencias si pueden apoyan. Te mando un abrazo
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Tal como lo cuentas me parece un movimiento precioso. Ojalá fructifique y se extienda por más lugares. Que falta hace.
Sobre todo en las grandes ciudades pesa mucho la soledad.
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Quién sabe que derroteros tomará todo este movimiento, por ahora ahí la lleva sin embargo nunca se sabe hasta cuando. Un abrazo
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