La luz indicaba que era hora de salir.
Había habido tormenta y la lluvia se había detenido. El atardecer se teñía de blancos y grises intensos, contrastados por el azul celeste del firmamento.
Las señales de los cielos prometían convertir el momento en un evento, donde todo acude para darle magia a la llegada del ocaso.
Fui en busca del mar y su horizonte.
El panorama estaba casi desértico, algunos pescadores a lo lejos aprovechaban la apertura del tiempo para probar suerte en su pesca, por lo menos por un rato, pues la tormenta ahí estaba dando vueltas, sólo había dado un soplo de tregua.
Bajé a la playa, me encontré con una gran calzada que infundía respeto, me incitaba a recorrerla.
En total reverencia comencé a caminar por ella, dejando mi huella marcada en la arena aún fresca.
A lo lejos divisé el grupo de gaviotas, que llevaba unos días observando y fotografiando cuando emprendían el vuelo, los resultados no habían sido satisfactorios, no me había desanimado, por el contrario, estaba más firme y decidida en el empeño de lograr plasmar a alguna de ellas suspendida en el aire.
Me fui acercando poquito a poco, me recibieron sin hacer mucho aspaviento, ni dando de gritos, ni alzaron vuelo, ya me reconocían, pues las gaviotas tienen memoria, ahí me quedé a una distancia prudencial, tratando de prever el movimiento.
Iban y venían, volaban para un lado, para otro, cuando de repente se elevaron y todo confluyó y ¡CLICK!, ahí quedó una instantánea al vuelo.
Dos de ellas fueron a detenerse del otro lado, sin embargo una antes de posarse en la arena, volvió a elevarse por los aires haciendo un círculo………………………seguí su recorrido………….. fui girando con ella………. y en un acto sorpresivo, vino volando derecho a donde yo estaba.
Por un instante quedó flotando en el aire y ¡CLICK!, el encuentro.
Con una gran sonrisa, agradeciéndoles el momento vivido, me despedí hasta otro día.
Emprendí mi camino, me absorvió otro mundo que se presentaba, donde los ocres tenían la hegemonía del instante, los azules, los blancos, los grises revoloteaban por todas partes ………………………y la Vida me reservaba otra sorpresa, que la dejaré para contárselas en cuanto pueda.
Las Toscas, Uruguay
Espero hayas disfrutado esta entrada…!
¿Qué te hizo sentir?
¿En qué te dejó pensando?
¿Te llevó a algún recuerdo?
Si pudieras dar una respuesta a alguna de las preguntas
te lo agradecería
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escribir lo que tu quieras.
Me recordó el graznido y el vuelo bajo de las gaviotas del puerto de Cádiz. Hermosa combinación de texto y fotografía
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Gracias Julio, un abrazo grande
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qué de recuerdos!! parece que Las Toscas sigue igual…
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En algunas partes sí, en otra está mucho más urbanizada, con más gente viviendo en ella, un abrazo grande
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Gracias Themis. Ahora tan lejos del mar, durante unos instantes sentí los graznidos envueltos con el ritmo de las olas y el frío húmedo soplando en la cara. Magníficas fotos. Un abrazo.
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Me hizo sentir esa paz y armonía que tanto necesito; como siempre tus palabras son un bálsamo que consumo encantado. ¡Un abrazo!
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Gracias Israel por tu respuesta, me hace sentir muy bien, poder trasmitir paz. Un abrazo, feliz fin de semana
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Me dejó pensando en las ganas que tengo de estar en el mar, de pasear por una playa, de lo maravillosa que es la naturaleza y de lo mucho que me gustan los pájaros.
En todo eso, Themis y en alguna cosa más.
Un abrazo.
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Hola Eva, gracias por tu respuesta, todavía hay más entradas sobre pájaros que espero te gusten. Un abrazo grande, feliz sábado, y un más feliz domingo
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